Si alguna vez has salido con una mochila mal organizada, seguro que has aprendido la lección a base de golpes (literalmente). Nada peor que necesitar algo urgente y tener que vaciar todo el contenido en mitad del campo, o llevar un peso innecesario que te destroza la espalda. Por eso, hoy te voy a contar cómo organizar tu mochila táctica de forma eficiente.
Te servirá tanto para una misión profesional como para una salida al aire libre, porque voy a contarte cómo lo hago yo, después de años cargando mochilas en todo tipo de terrenos y situaciones.
Elige la mochila táctica adecuada
Antes de pensar en cómo organizarla, lo primero es tener una mochila táctica que se adapte a tus necesidades. No es lo mismo salir un par de días a la montaña que irte de misión operativa.
Aquí van algunos consejos para elegir bien:
- Capacidad: Para una salida de un día, con una mochila de 20-30 litros es suficiente. Si vas a estar fuera varios días, mejor una de 40-50 litros o más.
- Material: Asegúrate de que sea resistente al agua y al desgaste. El nylon 1000D es una opción robusta.
- Sistema MOLLE: Este sistema te permite acoplar bolsillos adicionales, lo que te da más versatilidad.
- Comodidad: Cinturón lumbar, tirantes acolchados y un buen ajuste son clave para evitar que tu espalda se queje a mitad del camino.
Si aún no tienes mochila, aquí te dejo un artículo que te ayudará a elegir la mejor mochila táctica para tu caso.
Si ya tienes tu mochila perfecta, ahora toca llenarla como un auténtico profesional.
Principios básicos de organización
Para evitar convertir tu mochila en un agujero negro donde todo desaparece, sigue estas reglas básicas:
- Peso bien distribuido: Lo más pesado debe ir pegado a la espalda y en la parte central. Así mantienes el equilibrio y evitas que la mochila te descompense.
- Accesibilidad: Lo que vayas a necesitar con más frecuencia debe estar fácil de sacar. No tiene sentido enterrar la linterna debajo del saco de dormir.
- Compartimentos y bolsas: Usa bolsas estancas para organizar mejor las cosas y protegerlas de la humedad. Además, así no tendrás que revolverlo todo cuando busques algo concreto.
Organizar tu mochila táctica por niveles: lo que más usas, más a mano
No puedes meter las cosas sin orden. Hay una forma lógica de organizar una mochila por capas, pensando en el acceso rápido y en el peso para equilibrar la carga.
Nivel inferior: lo que menos usas pero debes llevarlo
En el fondo de la mochila van las cosas que solo vas a necesitar en momentos puntuales. Aquí puedes meter:
- Saco de dormir o manta térmica (si es una salida larga). Envuélvelo bien para que no se moje.
- Ropa de repuesto (si la llevas). Bien compactada en una bolsa estanca.
- Equipo de cocina ligero (si vas a cocinar en el campo)
- Raciones de comida menos accesibles (como latas o packs sellados)
Nivel medio: lo más pesado y esencial
Esta zona es clave para el equilibrio, así que aquí colocamos lo importante: lo que usas con frecuencia pero no necesitas cada rato:
- Agua y sistema de hidratación: Si usas una bolsa de hidratación (tipo Camelbak), mejor llevarla aquí para que el peso esté bien distribuido.
- Más raciones de comida: Raciones de combate, barritas energéticas y cualquier alimento que necesites.
- Herramientas y equipo táctico: Multiherramienta, cuerda de paracord, linterna, baterías extra y todo lo que pueda ser útil en el camino.
- Primeros auxilios: Aquí es cuestión de gustos. Algunos prefieren llevarlo en un bolsillo externo para acceso rápido.
- Filtros o pastillas potabilizadoras de agua
Nivel superior: lo que necesitas rápido
Todo lo que puedas necesitar sin tener que revolver la mochila:
- Linterna o frontal
- GPS, brújula o mapa
- Guantes tácticos
- Gafas de protección
- Chubasquero ligero o poncho si hay previsión de lluvia
- Batería externa si llevas dispositivos electrónicos
Usa los compartimentos exteriores con inteligencia
Si tu mochila tiene bolsillos y sistema MOLLE por algo. No los desaproveches:
- Bolsa de hidratación o cantimplora, en un lateral o en el compartimento específico.
- Cuchillo o navaja de acceso rápido, en la parte lateral o frontal. En un lugar accesible, pero seguro.
- Botiquín táctico en un bolsillo accesible, nunca enterrado entre ropa.
- Munición extra o cargadores. En bolsillos bien asegurados, si la mochila es para uso operativo.
- Silbato de emergencia, mosquetones y linterna pequeña, en las correas o el exterior.
- Guantes tácticos: En un bolsillo exterior o sujetos con un mosquetón.
- Radio o GPS: Enganchado en un punto accesible.
Si tu mochila es modular, aprovecha los paneles MOLLE para añadir bolsillos según lo que necesites.
Distribuye bien el peso: no cargues como una mula
Una mochila mal distribuida es un infierno para la espalda. La regla es:
- Lo más pesado, cerca de la espalda y en la parte media. Así mantienes el equilibrio y evitas lesiones.
- Lo más ligero, arriba o en los bolsillos exteriores. Cosas como guantes, gafas o mapas.
- Equilibra los lados. Si llevas una cantimplora a un lado, pon algo de peso similar al otro.
No subestimes esto, porque una mochila mal equilibrada te destroza en caminatas largas.
Ajuste y sujeción: que la mochila sea una extensión de tu cuerpo
Antes de empezar la marcha, ajusta bien las correas. Una mochila mal ajustada te puede hacer la caminata imposible.
- Ajusta bien las correas de los hombros para que la mochila quede pegada a tu espalda.
- Usa la cinta pectoral para evitar que los tirantes se desplacen.
- Asegura la cinta lumbar si la mochila es grande. Esto reparte el peso y descarga los hombros.
- Si llevas bolsillos adicionales, sujétalos bien con correas MOLLE para que no se muevan con el paso.
Últimos consejos para no liarla
Para terminar, unas recomendaciones que te ahorrarán problemas:
- No sobrecargues la mochila. Lleva solo lo necesario, si no, tu espalda te odiará.
- Etiqueta o marca bolsas interiores para encontrar las cosas rápido.
- Haz una lista antes de salir. Parece obvio, pero más de uno se ha dejado el mechero o el botiquín en casa.
- Prueba la mochila antes de la misión o salida. Camina un rato con ella para ver si algo te molesta o está mal equilibrado.
- Lleva bolsas zip o impermeables para proteger cosas sensibles, como ropa seca o dispositivos electrónicos.
- No olvides el papel higiénico o toallitas. Créeme, lo agradecerás en el campo.
Si sigues estos consejos, tendrás una mochila táctica bien organizada, sin cargar peso de más y con todo lo importante accesible.
Si necesitas ayuda para elegir una mochila táctica, contacta con nosotros y te echamos una mano para encontrar la que mejor se adapte a tu misión o aventura. En nuestra tienda de equipamiento táctico tenemos opciones para todos ¡Nos vemos en el terreno!